miércoles, 18 de abril de 2012

40º Aniversario de la Facultad de Ciencias de la Información

“Las prácticas no sirven de nada si no se tiene una base teórica”.

Los profesionales de la información coinciden en la necesidad de un conocimiento teórico en el 40 aniversario de la facultad de Ciencias de la Información.





La gala preparada por la emisora de radio de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Inforadio, para conmemorar su 40 aniversario contó con la presencia de un amplio abanico de participantes, entre los que se encontraban antiguos alumnos y otros personajes vinculados a la misma.
El encuentro celebrado el pasado 14 de Marzo en el salón de actos del edificio nuevo de la Facultad de Ciencias de la Información contó con aportaciones de periodistas de los más diversos ámbitos. Entre ellos el profesor y experto en periodismo de guerra Pablo Sapag, que remarcó la importancia del estudio teórico en la facultad de esta forma: “Las prácticas no sirven de nada si no tienen una base teórica”.
Además aprovechó la ocasión para recordar que la universidad española es una de las más baratas del mundo, por lo que reivindicó la defensa de esta universidad, ya que, en palabras de Sapag, eso podría estar en peligro.
Sin cambiar de tercio, Gabriel Sánchez, periodista y escritor, reconoció la labor del periodista, centrándose en el periodismo de guerra, que ha vivido en primera persona. “Tengo el privilegio de haber sido testigo de los acontecimientos más importantes de este país”, se enorgulleció. Seguidamente aprovechó la oportunidad para destacar la vinculación del periodista con la historia, en especial la labor del periodista de guerra; ya que, en palabras de Sánchez, no conoceríamos muchas noticias si no existiesen estos profesionales de la información, por lo que resalta la figura de este tipo de periodista como algo fundamental para conocer la historia.
También reconoció que la situación del periodismo no es la misma que cuando él comenzó. “Cuando empecé el acceso al periodismo era más fácil”, señala, a lo que añade que antes todos los periodistas incluso se conocían entre ellos. También admite que la vocación llevaba a buscar trabajo y este se encontraba, cosa que hoy no ocurre. En cualquier caso destacó, en la línea de Sapag, la formación académica como algo básico para cualquier periodista.
El mensaje de esperanza para los cientos de jóvenes que estudian periodismo y temen no encontrar empleo al lanzarse al mundo laboral lo dio Pedro Mardones, del programa Callejeros, que de la emisora de la Facultad, se lanzó al mundo laboral. Con ese mensaje quiso hacer llegar a las decenas de jóvenes que le escuchaban un llamamiento a perseguir las oportunidades que ofrece la Facultad, como es el caso de Inforadio, ya que, según él, eso puede abrir puertas en el mundo profesional.
“No nos podemos quedar en una parte, hay que ir más allá”, reivindicó en esta misma línea Araceli Infante Castellanos, licenciada en periodismo por la Complutense y con un master en Relaciones Internacionales por la misma universidad. Aunque asegura que las clases le dieron el conocimiento del concepto de periodismo, comparte que no se puede limitar en ese punto, hay que ir más allá e incluso defendió la beca ERASMUS como una oportunidad de abrirse paso. Para ella estudiar fuera fue una experiencia fantástica y a la misma vez dura, ya que al principio se le hizo un poco arduo el estar en el extranjero y tratar con una lengua que no era la suya, reconoció. Pese a todo admite que la experiencia fue muy satisfactoria.
“Estudiar fuera te abre muchísimo la mente y te cambia para mejor”, dice Infante.
De la misma forma que hicieron sus compañeros, Araceli Infante reivindicó la importancia de un estudio teórico: “La enseñanza universitaria te ayuda a hacerte mayor académicamente”. Va más allá y asegura que nunca ha tenido ninguna duda de quién es y qué hace. “Eso me lo ha dado la facultad”, concluyó.
La gala trastocó todos los ámbitos del periodismo e incluso quedó demostrada la aportación de la Facultad, en estos 40 años, a todas las facetas de la profesión. Tal es el caso de las periodistas deportivas que acudieron a la gala para dar constancia de ello.
Una de esas voces femeninas del mundo deportivo en el acto fue la periodista de RTVE Paloma del Río que dijo convencida que no teme por la desaparición de la cadena de teledeporte, ante una pregunta que se le hizo.
El acto también contó con la presencia de otras protagonistas femeninas vinculadas al mundo de los deportes como es el caso de Lola Hernández, que conserva aún grandes recuerdos sobre el sitio donde estudió, y Eva Turégano, que explicó a los presentes la dificultad para entablar relaciones entre los futbolistas y los profesionales de la información, ya que, según ella, los distinguidos en el mundo del fútbol se suelen mantener más cautelosos que otros deportistas.
En definitiva, todos los asistentes a la gala recordaron buenos momentos que vivieron en el edificio gris; tan característico de la Facultad de Ciencias de la Información, y que ha reunido a profesionales de los más diversos ámbitos del periodismo para celebrar su 40º aniversario. Todos ellos coincidieron en un mismo mensaje: la necesidad de la formación académica en la Facultad para, después, abrirse paso en el mundo laboral.
Ahora sólo queda esperar al 50º aniversario de la facultad de Ciencias de la Información para celebrar otro acontecimiento de gran envergadura en el edificio que, pese a las transformaciones que ha sufrido en casi medio siglo, sigue siendo “un espacio lleno de libertad y repleto de conocimiento”, según expusieron algunos de los asistentes al encuentro.

miércoles, 4 de abril de 2012

Paseos de Acuarela



Atmósfera tranquila, silenciosa, ambientada por el relajante sonido de una música armoniosa y dulce que hace trasladar los sentidos. Un pequeño universo rodeado de obras artísticas, envueltas por un fondo amarillento que nos recuerda a la arena de la playa. Una playa en la que el mar pintado sobre papel rompe sus olas y deja al descubierto varios pinceles y una bandeja de acuarelas.
Tras una de las puertas de la estancia, situada en una pequeña calle próxima a la Plaza Monumental de las Ventas, un pequeño retrato, sin un lugar destacado, casi escondido. Como artista que pone la firma a su obra, podemos apreciar que, aunque algo más joven, el retrato coincide con el rostro de Juan Díaz Almagro, pintor, como prefiere que le llamen, en lugar de acuarelista, natural de El Real de San Vicente y afincado actualmente en la capital española.
Inconformista y decidido, vivaz y a la vez delicado, pintor y amante de la poesía. Un serrano que ha conseguido extender su obra más allá de las fronteras del territorio español y hacer crecer el arte de la acuarela en España hasta el punto de despojarla de su calificativo de ‘hermana menor’ en la pintura.
En el año en que se cumple el cuarenta aniversario desde que este pintor de amplia sonrisa y cabello color ceniza realizase su primera exposición, allá por el año 1972, cuenta con un amplio número de galardones y reconocimientos que dan fe del valor de sus obras. Entre sus mayores logros cabe destacar el Premio Nacional de Acuarela, que consiguió a principio de la década de los noventa. Además, tres años más tarde, la ciudad de Talavera le nombra ‘Cerdán de Oro’, en reconocimiento a su trayectoria artística en la localidad.
Enamorado del mar y de sus raíces, ha demostrado saber abordar ambas cosas en su obra. Así lo demuestra una acuarela que realizó en El Piélago y que le compraron en Castellón pensando que se trataba de una vista del mar. Resulta curioso el caso si analizamos el significado de la palabra piélago como sitio desde el que se ve el mar.
Y es que este serrano que piensa que la mejor obra es la que está por hacer lleva sus raíces en la sangre. Allá por donde ‘sale a pasear’, según denomina a su manera de viajar, siempre tiene muy presente de donde procede.
Cuando tiene ocasión, no pierde la oportunidad para dar un paseo hasta su casa de Santander, eso sí, acompañado de sus acuarelas. En este lugar, tan característico por los numerosos piélagos que hay y por tener un supermercado con el mismo nombre que el arroyo realeño de El Alisar, Juan Díaz recrea con el pincel lo que la vista y la imaginación le permiten.
En su antro de artista en la capital madrileña está Juan Díaz, apegado a su cajetilla de tabaco y su mechero negro. El humo que desprenden sus caladas se expande por un espacio que invita a la mente a acompañarle en sus paseos, paseos que han quedado marcados en el papel y que han formado un camino hecho de acuarelas.