viernes, 20 de diciembre de 2013

Ventura, Hija de María


Trece de  Mayo de 1997. Las campanas de la iglesia resuenan para conmemorar el día de Nuestra Señora la Virgen de Fátima. Desde su lecho, Felipa Mayoral, presidenta de la hermandad “Las hijas de María”, de Castillo de Bayuela, agoniza a consecuencia de la grave enfermedad que padece.
Al ver a la gente pasar para ir a misa, se acerca su prima a ella y le pregunta: ¿Felipa, sabes qué día es hoy? Acto seguido, insiste la misma mujer: “es el día de la Virgen de Fátima”. Felipa llena de emoción responde: “¡Ay Virgen de Fátima, llévame contigo! Como si la petición se hubiera cumplido, Felipa quedó dormida aquella tarde para siempre y con ella la hermandad de Las Hijas de María.
Con su rostro arrugado y reposando su pequeño cuerpo sobre una silla, Ventura Pulido, recuerda la tarde en la que murió su prima. Sigue sorprendida de la forma en que la Virgen se la llevó a su lado. “Cada año, en la celebración de la Virgen de Fátima entonaba su himno y, aunque mucha gente le reprochaba que cantara todas las estrofas, para poderse ir antes a casa, ella permanecía en su sitio y elevaba su música hacia la Virgen”, recuerda esta mujer de 85 años que perdió a su padre cuando tenía tan solo dos.
Ventura acompañó a su prima hasta el cementerio portando la medalla de “Las hijas de María”, hermandad a la que podía entrar toda aquella mujer soltera hasta el momento de su matrimonio. La medalla, que aún guarda en su casa, perteneció a su madre Lucía. Aquella mujer tuvo que sacar adelante sola a Ventura y sus dos hermanos, Pedro y Priscilo.
Aún hoy recuerda aquel 2 de mayo del 37, en plena Guerra Civil española, cuando empezó a formar parte de las Hermanas de María, coincidiendo además con el día de su primera comunión. Desde entonces ha permanecido en la hermandad y se ha aferrado a renunciar a ella: “mientras esté la Ventura habrá hijas de María”, dice fervientemente.
Y es que su fe en la Virgen le ha acompañado toda su vida. En el repaso de su largo caminar que hace sentada junto a su hermano Pedro recuerda a la hermana del entonces párroco del pueblo, Don Francisco. Aquella religiosa llamada Soledad Ortega Lozano acudió junto a su hermano para recuperarse de la enfermedad que padecía y durante el tiempo que estuvo en la localidad supo ganarse el corazón de “la Venturilla”, como muchos la llaman.
Junto a esta buena mujer se reunía un grupo de niñas, conocidas como “reparadoras del sagrario” y que ayudaban en las tareas de la Iglesia. Entre esas niñas estaba ella. Ventura iba guardando cada palabra y cada gesto de Soledad en su corazón. Sin embargo, un buen día llegó la hora de partir y sintió deseos de dejar todo e irse junto a aquella monja buena al convento. No obstante, todo quedó en un deseo y no pudo dejar su casa para irse junto a la hermana del sacerdote del pueblo a Valladolid.
Con el paso del tiempo, llegó la muerte de la religiosa y Ventura lloró y lloró y sus lágrimas fueron testigos de los recuerdos que aquella mujer sembró en su interior.

Hoy los ojos también desprenden lágrimas. Hoy sus manos, su cara y hasta su pelo, muestran los signos de la edad. Sin embargo sigue teniendo claro que ella es “Hija de María” y lo será siempre. No parece importarle que ya la congregación no se reúna, que se haya disuelto y que muchos no se acuerden de ello. La muerte de su prima Felipa se llevó consigo aquella hermandad. Pero en su entierro, Ventura no sólo llevaba la medalla material de “Las Hermanas de María”, de su corazón colgaba una medalla, perenne desde el momento que hizo la Primera Comunión, que decía: “Ventura, por siempre, Hija de María”. 

EL CALVARIO DE LA TIERRA DONDE NACIÓ JESÚS

Fuente: Google
Fuente: Google

El arzobispo de Sebaste y líder del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Griega en Jerusalén, Theodosious Atallah Hanna, aseguró, durante un encuentro celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, el pasado 28 de marzo, que la situación que viven los palestinos es injustificable y manifestó que “la causa palestina es la historia de un pueblo que desea vivir libre y ser soberano de su patria”.

 De esta forma, señaló el 1948, que coincide con el nacimiento del estado de Israel, como el año en el que empezó el calvario para el pueblo palestino. La Nakba, o “catástrofe”, supuso la expulsión de los palestinos de su territorio. “Ese pueblo fue arrancado de su patria y expulsado”, reflejó el líder ortodoxo.
En la actualidad, millones de palestinos se encuentran repartidos por los distintos continentes y una parte importante de ellos reside en campamentos dentro de la región. En palabras de Atallah Hanna, lo que más desea este pueblo es poder volver a su país; “todos esperan que se aplique la justicia”, matizó.
“Es la causa de mi pueblo, es mi causa, y tengo que estar con ellos”, dijo, a la vez que destacó que todas las iglesias de palestinas apoyan esta lucha. 
No obstante, quiso ir más allá y explicó que la defensa del pueblo palestino se encuentra amenazada, también su vida y su futuro. Por esta razón invitó a todos los cristianos del mundo, y a las demás religiones, a sumar apoyos y defender esta causa.
“En estas fechas en que adornáis las calles, la tierra en la que nació Jesús está sufriendo. Él vino a traernos un mensaje”, dijo, a la vez que recordó la situación que atraviesa su pueblo.
En otra línea, lamentó que “algunos medios manipulen la información y pongan al verdugo como víctima”, a lo que matizó que Israel emplea propaganda contra Palestina, buscando así beneficiar sus propios intereses.
Sin embargo, en palabras del líder religioso, Palestina es un pueblo culto en el que casi no hay analfabetismo y cuenta con una juventud bien preparada. “Nuestra juventud busca un futuro mejor”, declaró.
Por ello cree que los jóvenes pueden ser la esperanza en el cambio y ayudar así a poner fin a una situación en la que este pueblo permanece inmóvil y no puede desplazarse libremente sin pasar los controles del ejército israelí.
“Hace 2.000 años los Reyes Magos le trajeron regalos al niño, hoy nos preguntaríamos si podrían entrar”, lamentó.
Así, Atallah Hanna definió a Gaza como la cárcel más grande del mundo, en la que un millón de palestinos se encuentran aislados y sin poder salir y donde las violaciones de los derechos humanos están a la orden del día.
Por todo ello, reivindicó un estado laico y civil para Palestina en el que todas las religiones sean respetadas por igual y que trabajen por una paz duradera para la zona.
“La causa palestina no es una causa religiosa, es una causa humana”, dijo a la vez que invitó a los españoles a sumarse en el deseo de reconciliación de este pueblo, al que en palabras del líder ortodoxo, le unen numerosos lazos afectivos con España. “Entre los títulos que tiene el Rey Juan Carlos I, está el de Rey de Jerusalén, lo que significa que ambos pueblos están unidos y guardan una relación histórica, que deben utilizar como excusa para acercarse y trabajar juntos en favor de la paz”, concluyó

María Luisa Santamaría: "El primer día que llegué a la Facultad, descubrí que era un lugar alegre"



Al calor de la hemeroteca de la Facultad de Ciencias de la Información, y en una tarde fría de invierno, María Luisa Santamaría, catedrática de Periodismo y doctora en Ciencias Políticas, recuerda los mejores momentos de su paso por la Facultad que fue su casa y que sigue considerando una parte muy importante de su vida.
A la alegría que siempre le acompaña al llegar a este lugar, se ha sumado en esta ocasión la presencia del también catedrático emérito de esta casa, José Luís Martínez Albertos. Dos motores importantes del Periodismo y un lugar que, entre los múltiples ejemplares que guarda, crea el ambiente idóneo para conducir a la invitada al pasado, a los más de 30 años en los que ejerció la docencia en esta Facultad. Especial es su vinculación al Departamento de Periodismo I, aquel que Santamaría despidió entre lágrimas, tras haber sido directora del mismo, y tras haber forjado entorno a él, lo que ella misma considera “una gran familia”. Hoy se siente feliz al ver a su hijo, Pedro Paniagua, ocupando el lugar que la hizo tan feliz.

- ¿Cómo se siente hoy aquí?
Me siento como en mi propia casa. Hay un clima maravilloso, porque en la calle hace un frío espantoso, y aquí se está en un clima de calor y en ambiente de amistad.

- Al estar en este lugar, rodeada de libros, ¿Qué se le viene a la mente?
Yo he escrito varios libros, pero hay uno que parece ser que ha tenido más éxito y que lo escribí precisamente con una compañera. Se publicó en Argentina, pero luego ha dado la vuelta a todos los países. Es un libro del que se habla en las tesis doctorales y las oposiciones, lo cual a mi me llena de orgullo.

- Se refiere a La opinión Periodística. Argumentos y Géneros para la Persuasión, que escribió junto a la profesora María Jesús Casals, hacia la que guarda gran admiración…
Admiración y cariño. De ella puedo decir de todo. Cuando me despido de ella noto como un desgarro porque es una persona muy cercana. Recuerdo lo que dije en su tribunal de cátedra: “será una gran figura en varios estadios”. Me atrevería a decir que llegará a ser académica, porque es una estudiosa y una mujer que tiene una fuerza de voluntad como yo no he conocido a nadie.

- Sin duda ella es uno de los grandes recuerdos de su paso por esta Facultad. Allá por 1977 llegó por primera vez a este lugar. ¿Cómo fue su primer día como docente?
Vine precisamente con mi hijo Pedro, el que hoy es director del Departamento, porque tenía que dar una clase y me daba miedo. Le dije: “vente conmigo y me dices por señas si voy bien o mal”. El primer día me puse muy nerviosa, pero el segundo ya fue como si hubiera estado toda la vida. Los alumnos, y la Facultad de Ciencias de la Información, tienen expresión de alegría en la cara. Es una Facultad alegre, donde la gente saluda con alegría y en la que se hace amistad con el profesor. Yo tengo muchos alumnos con los que todavía mantengo la amistad desde que les di clase.

- Sin embargo, dejar la Facultad le costó alguna que otra lágrima…
Llevaba unos lagrimones enormes. La separación de la Facultad fue un drama terrible, es una de las cosas más dolorosas que me han pasado en la vida. Yo a la Facultad la echo de menos todos los días y hay veces que sueño que estoy en la Facultad.

- ¿Cómo son esos sueños?
- Alegres. Tengo alumnos que se han situado muy bien. Cada vez que veo a uno de ellos en televisión me entra una alegría enorme. Sueño con ello. Por ejemplo, Isabel San Sebastián o Vicente Clavero fueron mis alumnos. Les veo con mucho cariño y como si no hubiera pasado el tiempo.

- Cuando se entra en el departamento de Periodismo I y se pregunta por usted la gente responde que era como una madre… ¿Qué destacaría de su paso por él?
No hemos tenido ningún problema nunca, quitando algún rocecillo. Era un desear agradarnos. Todo el mundo en la Facultad conoce la unión de nuestro departamento, la unión entre profesores, y todos quieren venirse a nuestro departamento, por la fama que tiene.

- Hija de inspector de Policía y de ama de casa, ¿por qué quiso ser periodista?
Mi padre era un hombre muy particular. Tuvo unos éxitos mundiales enormes; descubrió las huellas con guantes. Estábamos acostumbrados a tener un padre muy honorífico. Al principio, a mí me gustaban las matemáticas. Pero cuando empecé con ellas, me parecían demasiado duras para mí. Entonces hice amistad con un grupo de periodistas, entre los que se encontraba Carlos Luís Álvarez, fallecido hace poco, que fue el que me convenció. Él me decía: “en la escuela de Periodismo te enseñan a escribir, que es lo que a ti te gusta”. Así que me metí en la Escuela de Periodismo y aprobé, que fue para mí como un milagro, porque entrar era dificilísimo en aquellos momentos.

- Su marido también era periodista…
Era periodista y abogado, jurídico del aire. Tenía una gran afición a la investigación, y me la pegó a mí. Entre los dos escribimos unos libros de pensamiento del siglo XIX, que tuvieron mucho éxito. Mi marido murió a los 36 años, y a esas edad un intelectual no está suficientemente formado. Sin embargo, nos dio tiempo a escribir tres libros. El último de ellos lo hice yo y fue mi tesis doctoral.

- ¿Qué supone ver a su propio hijo en el mismo cargo, de director de Departamento, que usted ocupó?
Mi hijo Pedro es un genio, como su padre. Tiene una inteligencia muy superior a lo normal, lo supe desde que era un niño pequeño. Llegará también donde tenga que llegar. Este año ya le han publicado un libro de pensamiento en Méjico que se ha vendido muchísimo. Es un gran escritor y tiene la misma pluma que su padre, del cual dijo Paco Umbral en su esquela: “era la mejor pluma de nuestra generación”.

- ¿Qué pudo ver su hijo que le llamara la atención a seguir su ejemplo?
Yo creo que este niño nació con ganas de escribir. Tenía cuatro o cinco años y escribía cuentos. A mí me llamaba la atención, porque su afán era escribir; afán con el que sigue ahora. Se levanta a las cinco de la mañana para escribir. Por eso no me extraña que tenga el puesto que tiene, como tampoco me extrañaría que llegara a tener un puesto importante dentro de la universidad, por su gran pluma.

- ¿Cree que le pudo servir usted de referente?
Quizás sí. Yo desde pequeños les hablaba de su padre y les leía los cuentos de Rabindranath Tagore y Juan Ramón Jiménez. Desde muy pequeños tomaron la costumbre de leer. Mis tres hijos son grandes lectores y, estaría feo que lo diga pero, son unos chicos muy cultos.

- A pesar de hacerse cargo de sus hijos, no dejó de estudiar y llegó a ser una de las primeras mujeres en obtener el Doctorado en Ciencias Políticas…
Sí fui de las primeras en obtener este doctorado. Además, yo llegué a la Facultad de Políticas en un momento en el que estaban todos los discípulos de Ortega y Gasset y era una maravilla. Las clases de la Facultad para mí eran una antesala del cielo. Sentarme allí y oír a Paulino Garagorri, a Maraball… Pasaba allí dos o tres horas encantada y maravillada. Cuando terminé políticas me pasó lo que con esta Facultad, se me acabó el mundo.

- ¿Y entre tantas cosas tenía tiempo de leer a Proust, Julián Marías, o la filosofía de Aristóteles, Platón?
Yo era de las que se levantaba a las cinco de la mañana, como mi hijo, y me ponía a leer. Tenía dos o tres horas de lectura; ¡no digamos nada de cuando la tesis o las oposiciones! Fue una época muy agradable cuando hice las oposiciones. Conocí a todos los escritores franceses, que hice amistad con muchos y que aún perdura.

- Si tuviera que quedarse con un libro, ¿cuál sería?
En busca del tiempo perdido, cada dos o tres años lo vuelvo a leer. Lo leo, lo releo y me deleito, porque no he leído nada igual. Además es un ensayo, que es lo que más me gusta. Casi todo el romanticismo francés me vuelve loca.

- Con esa ilusión de niño, que sea cual sea la edad se puede sacar, y ya que los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina, ¿qué regalo les pediría para el periodismo?
Pido para la Facultad que mejore, que ha sido mucho el esfuerzo de los primeros. Que sigan los demás profesores esforzándose y llegue a ser la mejor Facultad de Periodismo que hay en España, que yo creo que lo es, pero que mejore más todavía. 


Pol Montañés, actor en 'Isabel': “Siento que no haya podido evolucionar más el personaje, pero ha sido una oportunidad increíble”


Recién salido de la España de los Reyes Católicos, tras su papel de Alfonso de Portugal en la serie Isabel, de TVE, Pol Montañés retoma su nombre artístico de Pol Monénn y resucita, tras la muerte de su personaje en la serie, para hablar en Infoactualidad de su sueño, un sueño que poco a poco parece hacerse realidad.
Con la sonrisa que le caracteriza y los nervios ante la que es su primera entrevista, el joven de 19 años hace su entrada en la redacción. En su mochila le acompaña su papel en la serie The Avatars,  o en las películas Els Nens Salvatges, Elisa K, o El Asesino del Párking, entre otras. Su historia comenzó a escribirse muy pronto, sin embargo cada paso es un nuevo capítulo en su vida. Desde su habitación viaja con la mente a otros relatos, que él mismo escribe y sueña con hacerlos realidad. Y si de escribir va la cosa, Pol decidió dar un paso más y comenzar a estudiar Periodismo en Madrid.

¿Cómo cambia el Pol de la vida real a sumergirse en el papel de la España de los Reyes católicos?
Ha sido un reto, ya que no había hecho nunca antes nada similar, ni siquiera teatro clásico. Una de las dificultades que tuve, aparte de la edad porque mi personaje tenía 15 años, fue el lenguaje. Cuando estaba con la chica en la habitación, en lugar de decir “eres muy guapa” o “estás muy buena”, tenías que decir “sin duda sois la flor más hermosa de todas”. Había que intentar que quedara natural y también pensar que era una época distinta.

- ¿Qué le ha llevado a querer participar en ese papel?
- No creo que esté en una posición de decir que no a nada, pero fue una oportunidad increíble. El casting fue en Madrid y yo estaba en Barcelona porque mi familia es de allí. Gracias a mi representante pude grabar en la agencia y dos semanas después terminé conociendo al director del casting. No sé si fue porque se quedó con mi cara o algo, pero creo que me reconsideró un poco más porque me vio más tarde. Dos semanas después me dieron el papel.

- ¿Cómo se ha sentido representando a Alfonso?
Me he sentido cómodo, porque la diferencia de edad con el personaje tampoco es muy grande y, además, se practica. He tenido la oportunidad de ensayar un poquito con la chica que era mi esposa, aunque en televisión todo es muy rápido, tienes como tres tomas o incluso te graban con varias cámaras y luego ya lo montan ellos. No puedes repetirlo mucho.

- Su papel en la serie Isabel ha terminado por la muerte del personaje, ¿cómo se lleva eso?
Fue algo muy duro, porque realmente es una oportunidad que no se tiene todos los días. Siento que no haya podido evolucionar más el personaje. Yo soy de los que piensa que un actor también se hace, por lo que ha sido una oportunidad increíble trabajar en una serie así, con actores a los que siempre he admirado un montón, gente que yo de pequeño veía en televisión, y poder verlos de repente en el camerino es como de locos.

- Como por ejemplo…
Me gusta muchísimo Julio Manrique, que era el chico que interpretaba a Colón. Es un actor catalán que ha hecho mucho teatro. También ha realizado muchas cosas para la televisión autonómica. Es un “crack”, me encanta como actor.

- ¿Qué se siente cuando uno se ve actuando?
Incómodo (Risas). La verdad es que a mí no me gusta verme. Es un poco la sensación que tienes, por ejemplo, cuando te grabas la voz, que no te gusta. Tienes que ser crítico e intentar mirarte desde fuera y no tanto personalmente. Obviamente eres tú y te ves todos los defectos, pero creo que es una oportunidad muy buena, te das cuenta de muchas cosas y de aquello que tienes que corregir.

- ¿Con quién vio el capítulo?
Lo vi con mis compañeras de piso y también invité a mi mejor amiga a verlo con nosotros, porque quería tener a alguien muy cercano conmigo.

- ¿Es actor también en la vida diaria?
No, creo que no (risas). Creo que se tiene que saber distinguir. Lo que más me gusta de esta profesión es meterte en la piel de otro personaje, de otra época. Es muy divertido. En la vida real todos somos actores, claro, pero depende como lo mires. Pero no, no quiero timar a nadie.

- Con 9 años ya empezó a actuar… ¿Cómo fueron esos inicios?
Yo había hecho publicidad casi desde los dos años, porque tenía una tía que era modelo y estaba en una agencia. De pequeño, como era rubio y eso, me apuntaron. En ese sentido había hecho algo de publicidad, pero no me había planteado tampoco lo de actuar hasta que empecé a hacer teatro. A los ocho años me salió un casting de la agencia de publicidad donde estaba y me dieron el papel. Era para un Tele-Movie que se llamaba El Asesino del Párking.

- Tras ello vinieron otros papeles en The Avatars, Elisa K… ¿Qué es lo que recuerda con más cariño, o qué le ha marcado más?
Creo que cada proyecto es distinto. El modo de trabajar de la tele es muy diferente al del cine. En el cine se tiene más tiempo y se puede profundizar algo más; mientras que la tele es una oportunidad increíble para ganar experiencia. Lo que más ilusión me ha hecho han sido todos los proyectos, porque siempre los recibo como que me toca la lotería. Cada proyecto es una oportunidad increíble.

- Se ha bautizado, además, con el nombre artístico de "Pol Monenn", ¿Por qué eligió ese nombre?
Quería tener parte de mis dos apellidos, así que los fusioné. Y me gusta.

- Además de la interpretación, el mundo de los medios es algo que le apasiona. Tanto es así que actualmente estudia periodismo en Madrid… ¿Por qué eligió esta carrera?
Me gusta mucho escribir. Creo que es una carrera teórica, en el sentido de que te aporta muchas cosas a nivel cultural, y también es práctica porque puedes escribir mucho y tienes la oportunidad de mejorar también y de que te corrijan. Lo que más me gusta de periodismo es la escritura.

- ¿Qué escribe?
De vez en cuando escribo, pero en mi habitación. Me gusta mucho escribir historias o cuentos. También a veces pienso: “me gustaría hacer un corto”, que nunca he hecho ninguno. Anoto ideas y cuando tengo algo más de tiempo escribo.

- Además en su tiempo libre estudia Hebreo…
Por razones culturales, básicamente. Es una cultura que me gusta muchísimo y que es bastante cercana. 

- Ya que se acerca el fin de año, ¿Qué perspectivas guarda para 2014?
Que le vaya muy bien las cosas a mi familia, y a todo el mundo en general, y a mí también.



martes, 3 de diciembre de 2013

Rosa Meneses: “En Siria se ha decretado una serie de temporada de caza al periodista”


La periodista y corresponsal del periódico El Mundo en Oriente Medio y el Magreb, Rosa Meneses, explicó, durante las III Jornadas de Reporteros de Guerra, celebradas el 13 y 14 de noviembre en la Facultad de Ciencias de la Información, de la Universidad Complutense de Madrid, que dentro de las filas rebeldes sirias los periodistas ya no son bien recibidos y son objeto de persecuciones y secuestros.
“En siria se ha decretado una serie de temporada de caza al periodista”, manifestó. De esta forma, la reportera, que ha permanecido como periodista empotrada dentro del ejército rebelde y opositor al régimen sirio del presidente Basar al-Asad, manifestó que si en un principio las mayores dificultades y problemas venían del lado gubernamental, ahora el problema se reparte también entre las filas opositoras.

Meneses afirmó que grupos de corte yihadistas intimidan a los reporteros con la amenaza de secuestro. “No te impiden la entrada, que se suele hacer de manera ilegal por la frontera con Turquía”, explicó, no obstante añadió que el conflicto se ha convertido en un riesgo cien por cien para los reporteros al verse increpados por la posibilidad de ser secuestrados.
La corresponsal se refirió a los 60 periodistas que actualmente se encuentran retenidos en las cárceles del Gobierno sirio o capturados por grupos islámicos, entre los que se encuentra el reportero español de El Periódico, Marc Marginedas, retenido desde el pasado 4 de septiembre por yihadistas en Siria.
En un principio las dificultades y la represión estaban ligadas a las fuerzas de al-Asad. A ello se sumaban las intimidaciones o las políticas de visados para impedir que los periodistas pudieran acceder.
En verano de 2012 los reporteros empezaron a ser considerados observadores no bienvenidos por las tropas rebeldes.
La situación en las filas opositoras a al-Asad se ha ido agravando a medida que se alejaba la posibilidad de un ataque inminente de Estados Unidos. Ello les ha llevado a muchos a pensar que occidente quería un debilitamiento de ambos frentes.
Lo que empezó siendo una actividad sistemática para financiarse, se ha convertido en un fin político e ideológico. Algunos grupos yihadistas han realizado un llamamiento a capturar a los periodistas, identificar los equipos que utilizan e intentar localizar los supuestos chips en los que tienen fotos y noticias yihadistas. 
Los riesgos de secuestro se suman a los bombardeos y a las propias dificultades del conflicto. “Se hace imposible cubrir la guerra”, remarcó Rosa Meses.

“Los frentes en el conflicto no están decididos y cambian continuamente”, explicó. Todo ello, en palabras de la periodista, dificulta la posibilidad de cubrir el conflicto y hace que proliferen periodistas “amateur”, o ciudadanos que viven la situación en primera persona y aportan su documentación.
No obstante la información no siempre es fiable, tanto la que aportan los ciudadanos, como la de los propios medios del Gobierno. Ello sumado a que el periodista empotrado en un frente tiene la dificultad de saber lo que ocurre en el contrario hacen que el conflicto sirio sea uno de los más difíciles de cubrir en el mundo.