lunes, 6 de mayo de 2013

“El Caso Gal es lo más grave que ha ocurrido en España en decenas de años”




Periodista de profesión y vocación. Durante años dirigió el equipo de investigación de Diario 16 y más tarde  formaría parte del grupo de periodistas que dio nombre al periódico ‘El Mundo’. Su inconformismo es quizás su seña de identidad. Cada día para Melchor Miralles es una página en blanco distinta de la de la jornada anterior. No entra entre sus aspiraciones seguir las pautas de las agendas oficiales de la política y los medios. Su afán es investigar e indagar para esclarecer la verdad, aunque para ello tenga que hacer frente a cada presión, amenaza, chantaje o espionaje. A ello tuvo que enfrentarse para sacar a la luz lo que en palabras de este periodista representa lo más grave que ha ocurrido en España en decenas y decenas de años: el Caso GAL. Sin embargo, ni los empeños del Gobierno de Felipe González por impedir que se supiera la verdad, ni la soledad a la que se enfrentaban los periodistas que seguían el caso impidieron que Miralles cumpliera con lo que él mismo denomina su obligación. El periodista no se arrepiente de nada de lo que entonces hizo. No obstante, lamenta que en la actualidad haya cierta carencia de medios para darles a los periodistas de investigación la oportunidad de desarrollar sus capacidades.    



- Tras una larga trayectoria en los medios de comunicación ¿Cuál cree que es la situación del Periodismo en la actualidad?
- La verdad, hemos vivido tiempos mejores. La crisis empresarial afecta gravemente al sector, ha generado cifras de paro insólitas e insostenibles y lo que queda por ver. Además, se ha producido un proceso de concentración, cada vez menos medios controlados por menos grupos. Y a este problema, grave, se une otro que para mí lo es aún más. Cada vez hay más propaganda y menos información, y percibo mucho periodismo "hooligan", poca independencia. Y el periodismo declarativo, al que se entregan muchos medios, que lleva a que la agenda la marquen no los periodistas sino los políticos, banqueros, empresarios y gabinetes de prensa y comunicación. En fin, que el momento lo veo malo, muy malo
           
- ¿Es más importante que nunca la especialización periodística?
- Más que muy importante puede que sea una salida profesional

- Como persona que participó en una de las etapas más importantes del periodismo español y de investigación en Diario 16 y en el descubrimiento del entramado de los GAL, ¿Cómo ha cambiado el periodismo de investigación de entonces con el de ahora?
- No es que haya cambiado. El problema es que el periodismo de investigación, además de ser caro, requiere de empresas fuertes dispuestas a aguantar presiones formidables, y no abundan, desgraciadamente. Sigue habiendo buenos periodistas de investigación en España, otra cosa es que no haya muchos medios dispuestos a darles la posibilidad de desarrollar sus capacidades

- ¿Cómo influyó la experiencia de aquellos días en su vida profesional y personal?
- De forma definitiva. Fueron años maravillosos, muy duros y complicados, pero en los que creo que algunos periodistas y algunos medios hicimos bien nuestro trabajo y servimos a los ciudadanos de modo trascendente. En lo personal también fueron años duros, pero para mí más que gratificantes por el constante apoyo de mi familia

- ¿Qué es lo que recuerda con mayor interés de aquella experiencia?
-No es posible quedarse con una cosa, pero bueno, respecto al Caso GAL, que después de muchos años padeciendo campañas terribles, trabajando en soledad profesional, social y política, se demostró a través de sentencias judiciales que todo lo que denunciamos era verdad. Y estamos hablando de lo más grave que ha ocurrido en España en decenas y decenas de años.

- ¿Hubo momentos de impotencia en los que a pesar de todo lo que Diario 16 sacó a la luz no suponía un verdadero desgaste para el Gobierno de Felipe González?
- Impotencia no, indignación por esa soledad, y por los empeños de los Gobiernos de González en tratar de impedir por todos los medios, y tenían muchos, que se supiera la verdad. Pero cada presión, cada amenaza, cada chantaje, cada espionaje me reafirmaba más en seguir cumpliendo con mi obligación.

- ¿Cambiaría algo de lo que vivió?
- Nada, absolutamente nada. Ni los errores. No soy de arrepentirme. No cambiaría nada.

- ¿Le gustaría volver vivir algo parecido?
- No vivo del pasado ni de los recuerdos, aunque sean buenos. Pero no tendría inconveniente alguno. Lo que espero es que jamás vuelva a suceder en mi país que un Gobierno organice una banda de asesinos, la financie con dinero público, saquee el erario en beneficio propio de algunos, mate a 30 personas, torture hasta arrancar las uñas a unos delincuentes y después los entierre en cal viva o secuestre a un anciano viajante de comercio. Pero si ocurriera, no dudaría en investigarlo y denunciarlo.

-¿Qué complicaciones tiene un periodista de investigación?
- Muchas, sin duda. Sobre todo, la propia complejidad del trabajo, las presiones internas del medio, las presiones internas de gente poderosa que trata de cercenar tu trabajo..... Muchas, sin duda. Pero a mí esas complicaciones siempre me han estimulado a seguir, jamás he cedido a ninguna

- ¿Cómo surge la pista para comenzar a investigar?
- No hay dos casos iguales. Esta pregunta te la respondo con una obviedad: un periodista vale lo que valen sus fuentes de información, su talento, su inquietud y su preparación. Cada caso se inicia de modo diferente.

- ¿Cómo debe ser ese trato con las fuentes?
- Respeto absoluto, no entrar a enjuiciar sus motivaciones para hablar sino simplemente contrastar la veracidad de lo que te cuentan. Protegerlas. Cuidarlas. Jamás engañarlas o traicionarlas. Y tener claro que el secreto de las fuentes no es un derecho, es una obligación constitucional esencial para proteger el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz.

- ¿Cree que el periodista actual es conformista con las fuentes institucionales o fuentes secundarias y no trata tanto de acceder a fuentes primarias?
- Creo que en muchos casos sí. Imposible dar porcentajes, pero mi impresión es que si, como te he comentado. Ese es uno de los grandes problemas de la profesión.

- ¿Cómo debería ser el trabajo de un periodista especializado con las fuentes?
- El periodista por más que se fie de una fuente debe contrastar hasta el límite de sus posibilidades la veracidad de la información, y si lo hace, contarlo pese a quien pese. Detrás de una fuente siempre hay un interés: venganza, despecho, objetivos profesionales, rencillas..... A mí eso no me importa absolutamente nada. Sólo me importa si lo que me cuentan es verdad. Si lo es, lo cuento. Si no lo es o no puedo comprobarlo que lo sea, me callo.

- ¿Cómo prepara usted cada día la actualidad y su ámbito de especialización?
- La belleza de esta profesión es que jamás hay dos días iguales. Cada día es un folio en blanco sin escribir. Como criterio general, cada día intento, y no siempre lo consigo, salirme del carril, de las agendas oficiales, de lo previsto, buscando noticias propias, relevantes.

- ¿Debe ser todo periodista especializado un investigador?
- Todo periodista debiera hacer periodismo de investigación, pero pocos tienen la suerte de poder hacerlo, por los motivos que ya he explicado.

Fuente de la fotografía: Google