La
victoria de Mérkel en las pasadas elecciones generales fue histórica. La
política de la canciller alemana, que revalidaba su tercera victoria consecutiva en las urnas, ha sido
aplaudida por una Alemania que valora positivamente la racionalidad y los
movimientos meditados de la líder democristiana. Para muchos, Merkel observa y
analiza cada movimiento en política como si se tratara de una partida de
ajedrez.
Hace ocho años que la
líder cristianodemócrata, destacada en Europa por su firmeza, hacía historia al
convertirse en la primera mujer en presidir el Gobierno alemán. Lo hacía
formando una gran coalición con los socialdemócratas, formación que perdió 10
puntos en las siguientes elecciones generales de 2009 y que hizo posible un
nuevo pacto del partido de Mérkel con los liberales del FDP.
El pasado 22 de septiembre
la canciller alemana marcaba un nuevo hito en la historia al conseguir el mejor resultado de la
Unión Cristianodemócrata y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera
(CDU/CSU) desde la reunificación alemana en 1990 y situarse así al borde de la mayoría
absoluta.
De esta forma, el partido de
Merkel consiguió en los pasados comicios 296 de los 598 diputados del Bundestag
alemán, con el 41,6% de los votos. Los socialdemócratas de Peer Steinbrueck,
por su parte, se volvieron a alzar como segunda fuerza con el 25,7% del
electorado. Otras formaciones como La Izquierda y Los Verdes también obtuvieron
de nuevo representación. Sin embargo, y como ya anticiparon algunas encuestas,
los liberales, socios de Merkel en el Gobierno, se quedaron en el 4,7% de los
votos y no consiguieron el 5% necesario para entrar en el Bundestag.
Los liberales han formado
parte en 17 de los 22 gobiernos alemanes. Al no conseguir representación, la
canciller no podrá utilizarlo de partido bisagra y tendrá que buscar nuevos
apoyos entre el resto de fuerzas políticas. En caso de que ello no fuera
posible, podrían gobernar en solitario, algo que no ha ocurrido nunca en
Alemania.
Aunque gran parte de los
alemanes apoya una coalición de Gobierno con los socialdemócratas, otros creen
más acertado un pacto con Los Verdes. Ese es el caso de Denise Wiedemann,
Odontóloga de 32 años y natural de Bensheim
(Hessen), a la que ha tenido acceso Infoactualidad. Desde su punto de vista,
una coalición con Los Verdes podría ser muy beneficiosa para Alemania, ya que
se daría mayor importancia al medioambiente a la vez que se continuaría con la
línea que ha seguido Mérkel y que considera exitosa por la manera de afrontar y
resolver los problemas y los objetivos marcados para el país.
Las opiniones
en este aspecto son distendidas: “Lo ideal habría sido mayoría absoluta del CDU
porque los compromisos con otros partidos no resultan óptimos y pueden poner
piedras en el camino ya trazado”, señala Marcel Wiedemann, estudiante de 29
años.
Y es que en
líneas generales, los alemanes se sienten satisfechos con las políticas
seguidas por la canciller. La mayoría destaca su racionalidad como el eje
vertebral de su forma de gobernar. “Merkel es una política abierta a todos,
realista y con los pies en el suelo”, explicaba M. Wiedemann.
“Siempre sigue
su línea política, consigue sus objetivos y cumple sus promesas”, aseguraba la
alemana Julia Ruf, a la que también ha tenido acceso Infoactualidad.
Todo ello se ha visto
traducido para los entrevistados en que Alemania tenga una buena situación económica
y el desempleo se sitúe en torno al 5% en el país. A ello se le suma el carisma
que desprende el liderazgo de Merkel y la unidad de su partido en torno a la
canciller.
Merkel concibe la política
como un partida de ajedrez. Sus movimientos son calculados, observa y analiza
cada una de las posiciones y en base a ellas actúa y marca sus estrategias.
Ello ha afianzado a Alemania en Europa. Mientras otros países han tenido que
afrontar las consecuencias de la crisis económica, el país germano ha sabido
tirar del carro y hacer frente a las adversidades. Los alemanes eso lo valoran
y, probablemente, a ello se debe el exitoso resultado de la cristianodemócrata
en las urnas. Ahora, la canciller mueve cada pieza de cara a un futuro Gobierno
y al futuro alemán. El análisis comedido es la pieza fundamental de la política
de Mérkel y ello hace que la alemana mueva las fichas en el momento oportuno,
como el dicho en el ajedrez, “blancas mueven primero, pero el más audaz es el
que gana el juego”. En este caso Merkel ha vuelto a ser la ganadora de una
partida, esta vez en las urnas.
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