miércoles, 18 de enero de 2012

UN PERFIL

“Sentí la necesidad de cuidar y ayudar a las personas”

A sus 44 años de edad sigue sintiendo la necesidad de ayudar a la gente. Aunque nunca había pensado ser enfermera, fue esa necesidad de brindar su colaboración a las personas lo que impulsó a Francisca Pulido Agüero a escoger su profesión.
Esta mujer amante del campo y de la lectura ha vivido uno de los logros más importantes de la medicina, aunque cree que la función de ésta no es ayudar al paciente en el sentido en el que lo hace la enfermería, sino que el trato es distinto en ambas facultades.

Fue antes de nacer su segundo hijo con una inmunodeficiencia severa, similar a la del anterior ya fallecido por el mismo problema un año antes, cuando esta singular enfermera, aconsejada por sus compañeros, tuvo que trasladarse a Italia para realizar un transplante de médula prenatal, ya que esperar hasta después del parto supondría afrontar los efectos de la quimioterapia y las posibles secuelas y repercusiones que ésta causara.
Pese a todos los esfuerzos y sacrificios, se consiguió realizar el transplante en la semana 26 de gestación y, de esta forma, nació su segundo hijo el día 22 de Diciembre de 1997, siendo el tercero en descubrir este logro de la medicina en todo el mundo, ¡Ese día le tocó la lotería!
Francisca, más conocida por ‘Paquita’ en el hospital o ‘Paqui’ simplemente para su familia, está en todo momento al lado de sus pacientes, y, aunque no le gusten los momentos de dolor que muchas veces comparte con ellos, siempre permanece a su lado, dándoles fuerzas y ánimo.
Con su media melena color negro como el carbón y su uniforme a rayas, esta enfermera del Gregorio Marañón de Madrid es un referente para muchos de los que acuden al servicio de nefrología del centro hospitalario. Paquita es un ejemplo de dedicación para muchos, pero, para ella, eso solo es devolver un poco de la ayuda que un día se le brindó.

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