La
llegada de la crisis económica supuso el punto de partida de su proyecto.
Mientras todo a su alrededor ardía en incertidumbre y la palabra inversión se
desinflaba al mismo tiempo que el flujo de la actividad empresarial y
emprendedora se bajaba de la burbuja de años anteriores, una familia de
ganaderos decide apostar sus cartas a una y crear su propia fábrica de
embutidos en Hinojosa de San Vicente.
Quizás
porque en su oficio de ganaderos, como afirma Beatriz Sánchez, una de las
promotoras del proyecto, la crisis no resulta ajena al sector; o tal vez por
las personas que les animaron e impulsaron a llevar a cabo esta iniciativa. En
cualquier caso, el año 2008 la fábrica de embutidos artesanos Sierra de San
Vicente da el gran paso adelante y se enfrenta a las llamas de una crisis
económica que cierra empresas a su paso.
La
clave, en palabras de la promotora, es trabajar, trabajar y trabajar. Así
comenzó su lanzamiento y el resultado, por el momento, se destaca
satisfactorio: “Desde que empezamos hemos ido creciendo, aunque para ello hemos
tenido que abrirnos al público de lunes a domingo, mañanas y tardes y sin
horarios de apertura o cierre”.
La
ganadería caprina, porcina y bobina, heredada de padre a hijos, completa así
las fases de su proceso productivo, destacado por sus productos artesanales,
que cuentan con el reconocimiento I.C. Lider Plus, como marca de calidad rural.
Los resultados selectos, no obstante, según asegura esta empresaria, requieren
de un mimado proceso desde la crianza del animal hasta su puesta a disposición
del consumidor. Tanto es así que el cuidado de las propias reses, criadas en
los cerros de la Sierra, lleva a esta familia ganadera a elaborar sus propios
piensos para ganar calidad desde la fase inicial del proceso. “Compramos los
cereales a granel y nosotros los elaboramos, ya que el pienso que compras no
sabes realmente lo que lleva”, explica.
Todo
ello se ve traducido en la calidad de sus productos, distribuidos a
particulares por toda la Comarca. Entre la artesanía y la calidad de sus
ibéricos destaca el producto estrella: el jamón, dispuesto a saciar al más
exquisito paladar.
Agradecen
la colaboración y el impulso que reciben del Ayuntamiento de Hinojosa y de sus
vecinos para salir adelante de las llamas de la crisis, que por cierto no son
las únicas llamas que les han cercado últimamente. El incendio que asoló la
Sierra el pasado mes de septiembre rodeó las instalaciones de la fábrica de
embutidos y esta familia ganadera vio por unos momentos como las llamas
rodeaban el proyecto que tanto les había costado construir. “Se pasó muy mal,
pensábamos que se quemaba todo”, manifiesta Beatriz. No obstante, se muestra
profundamente agradecida de la colaboración de los vecinos y asegura que si no
hubiese sido por la ayuda de la gente del pueblo el proyecto se habría visto
envuelto en llamas.
El
fuego no ha sido obstáculo para el proyecto emprendedor de Joaquín, José y
Beatriz, que ya sueñan con incorporar pronto su propia quesería artesanal a la
empresa. Un proyecto que se expande a
pesar de las dificultades económicas y que ha demostrado que el mejor remedio
para la crisis es lanzar ideas frescas para apagar las llamas del estancamiento
económico y buscar soluciones, porque… ¿Quién dijo que en recesión no se puede
emprender?
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